miércoles, 1 de julio de 2009

10 Años de The Matrix

El cine de fin de siglo XX estuvo marcado por un ausentismo de estilos, desde luego con sus excepciones, que definieron esa época como insustancial desde el punto de vista artístico, al menos esa era la percepción global del arte cinematográfico en ese momento.

El cine de los 90’s, en general, estuvo mas bien delineado por las grandes producciones, con mejorados efectos especiales y estrellas vacías que pulularon las pantallas de la última década del siglo XX.

Pero, como mencionamos anteriormente, durante esta época también hubo excepciones, cintas y directores que marcaron en cierto sentido la dirección que tomaría el cine del nuevo siglo, una de estas cintas, básica para comprender el cine actual, cumple este año su primer década de creación, hablamos de la extraordinaria Matrix.

Realizada por la dupla de hermanos Larry y Andy Warchowski y estrenada sin mucha publicidad en 1999, The Matrix resultó ser todo un acontecimiento mediático que iba mas allá de la taquilla, pues lo increíble de esta cinta es lo que conllevaba hacia el interior (sus ideales) y no tanto su sofisticado look o su acción desmedida.

Mezcla de cine de ciencia ficción y cine negro, anime Japonés (sobre todo influenciado por Ghost In The Shell obra de Mamoru Oshii realizada en 1995), videojuegos, filosofía zen, Cristianismo y cyberpunk, The Matrix supuso toda una revelación para los que la vimos en las salas cinematográficas en su momento: Descubrir que el cine aún podía sorprendernos.

Y es que la marca indeleble que la película dejó, y que sigue marcando a las nuevas generaciones que la van redescubriendo, sigue ahí por un simple motivo, The Matrix era original y, al mismo tiempo, una amalgama de cosas que ya estaban ahí. Ante nuestros ojos desfilaban imágenes que sólo habíamos visto en nuestra imaginación, escuchábamos cosas que nos parecían tan familiares al tiempo que irreales, tan cercano y tan lejano que solo nos quedó rendirnos a ello, dejarnos llevar y vivir la experiencia.

Explicar a estas alturas que es Matrix sería un ejercicio fútil, pues quienes ya la vieron saben perfectamente de que se trata y los que no (no sé que esperan para hacerlo) se encontrarán con una sorpresa, algo tan desagradable y desgarrador que, créanme, nunca se lo imaginarán.

Thomas Anderson (Keanu Reeves) es un tipo común y corriente que de día trabaja en una oficina, tiene Seguro Social y paga sus impuestos, pero de noche, Thomas se transforma en Neo, un hacker informático que navega por extensa red con una sola pregunta en su mente: ¿Qué es la Matrix?, y no les diré mas, pues es mejor acercarse a esta cinta sin saber mucho.

Cinematográficamente, The Matrix es una maravilla, filmada con poco más de 60 millones de dólares (un presupuesto medio para los estándares de Hollywood) la cinta supuso toda una revolución conceptual que incluía el ahora famoso Bullet Time (tiempo de bala) un proceso que, según la Wikipedia, consiste en una extremada ralentización del tiempo para permitir ver movimientos o sucesos muy veloces con mucho detalle utilizando para ello cientos de cámaras que congelan la acción.

El Bullet Time ha sido tan copiado desde que la cinta se estrenó que muchos creen que este efecto especial fue inventado para realizar Matrix, la verdad es que el efecto ya había sido utilizado en otras cintas, videos musicales y anuncios de televisión, pero fue gracias a Matrix que perfeccionó y se popularizó.

Un aspecto importante de Matrix es su filosofía, mezcla de Budismo y, sobre todo, Cristianismo, la cinta muestra personajes arquetípicos (el héroe, el mentor, el interés romántico, el villano, el gurú, el amigo bonachón, el traidor, etc.) que se entremezclan en situaciones que ponen a prueba sus capacidades humanas, interactúan entre la verdad y la fantasía, creando así una realidad alterna que no es otra cosa que su propia experiencia cognoscitiva, suena enredosa, pero viendo la película uno no puede evitar preguntarse si esta vida es real o estamos viviendo algo irreal, algo generado o un simple sueño.

Y es ahí donde entran otras ideas de las cuales Matrix se nutre como las de Platón y Descartes, por ejemplo, que en sus obras hablan sobre la forma en la que el alma está conectada al cuerpo, convirtiendo al ser humano en un ente que vive con la inquietud siempre en su mente, ¿quien soy?, ¿a donde voy? y ¿estoy viviendo algo real o es solo un sueños? Incógnitas que resultan la base argumental de Matrix, el problema de distinguir lo que es realidad y lo que es fantasía.

Estos aspectos filosóficos le dan a The Matrix un carácter mucho mas profundo, lejos de los argumentos sin relleno que muchas películas de acción tienen, no obstante esto, para quienes solo buscan pasar un par de horas viendo una película entretenida también es una buena opción, Matrix tiene explosiones, balazos, peleas, todo lo que el adicto al cine de acción busca y está muy bien hecha.

A diez años de su realización, la cinta se ve tan actual y moderna, no ha perdido nada de su capacidad para hacernos vibrar, para emocionarnos y descubrir detalles que en vistas anteriores no habíamos notado, es una película atemporal y eso es un logro por si solo, su estética, su look y sus ideales están intactos y puede disfrutarse tan bien porque toca temas universales y que no pasan de moda.

The Matrix es, como ya dijimos, una maravilla (y hablo solo de la primera, porque las secuelas son un cuento aparte) verla de nuevo es de rigor para todo cinéfilo que se precie de serlo, es un espectáculo cinematográfico que, según dicen los expertos, solo se logra cada veinte años, veremos que pasa el 2019.

Por lo pronto les haré una pregunta: ¿pastilla azul o pastilla roja?, tu eliges.

Transformers: La Venganza de los Caídos

Una de las premisas del cine es la de entretener, muy por encima del concepto de arte o cultura, la cinematografía es, ante todo, un espectáculo en el cual el ser humano busca un momento de escape a la dura realidad de su existencia.

Así, con el paso de los años, el cine se volvió una industria valuada en miles de millones de dólares que, año con año, busca nuevas formas de llamar a las salas cinematográficas a gente que, ante la avalancha de medios tecnológicos que invitan a no salir de la comodidad del hogar para disfrutar del cine, prefieren quedarse en la seguridad de sus casas.

Pero no se trata sólo de explosiones, disparos, efectos especiales y de más adornos, también hacen falta guiones interesantes, historias dignas de contar para que las personas se sientan identificadas y vean en la pantalla películas ingeniosas y originales.

La idea de llevar a la pantalla grande el concepto de los Transformes, originalmente juguetes que luego tuvieron su propia serie animada, nació desde mediados de los 80’s cuando Steven Spielberg se interesó en ellos, pero por dificultades en la producción el proyecto simplemente no se pudo hacer.

Fue hasta el 2007 en el que con bombo y platino se estrenó a nivel mundial Transformers, producida por el propio Spielberg y dirigida por un experto en el género de acción Michael Bay (Armaggedon, 1998), la cinta, basada en los famosos juguetes y serie animada, resultó toda una bomba que reventó la taquilla con 550 millones de dólares recaudados durante ese año.

Con esas cifras la secuela no podía hacerse esperar, titulada como Transformers: La Venganza de los Caídos, inicia dos años justos después de la primera aventura de los Autobots en su lucha contra los Decepticons con la tierra como campo de batalla.

Con la misma alineación de actores que incluye a: Shia LaBeouf, Megan Fox, Josh Duhamel, Tyrese Gibson y John Turturro, La Venganza de los Caídos comienza cuando Sam Witwicky (LaBeouf) descubre, el día que se va a la universidad, un pedazo del Cubo de la Vida y recibe todos los conocimientos de este, volviéndose así blanco de los Decepticons.

En otras palabras: de que se trata es lo de menos, lo verdaderamente importante es ver a los Transformers en acción alrededor del globo con batallas espectaculares, explosiones, destrucción de edificios, envuelto en un espectáculo audio/visual de primera que deleitará especialmente a los amantes de la acción.

Al igual que la primera parte, Transformers 2 resulta entretenimiento de primer nivel, con grandes efectos especiales, un guión que, sin ser de lo mejor, cumple y actuaciones medianas, sin embargo, esta segunda parte sobresale de la primera, aparte de traer mas efectos y acción, porque es más divertida que la primera parte, al menos yo me reí mas con esta cinta que con muchas otras presuntas “comedias” del momento.

Si bien es cierto esta secuela es solo un seguimiento a las aventuras de los protagonistas que comenzó con la primera parte, la segúnda debía ser mas grande, mas espectacular y superar con mucho las expectativas de los que vimos la primera cinta.

Y cumple, porque al ir a ver Transformers 2 uno no esperaría algo profundo o con sustancia artística, al fin y al cabo si la primera parte no la tenía, ¿por que la secuela debía hacerlo? pero si tiene lo que uno va a ver, mas y mejores Transformers, mas disparo, mas peleas, mas espectacularidad y eso es lo que recibimos, emocionarnos con buen cine de acción, de eso se trata y para eso está hecha, para darles muchos dólares a sus productores y a nosotros hacernos pasar un momento grato.

Ya si nos ponemos más profundos podemos decir que la cinta trata sobre la amistad y los valores morales, sobre los sacrificios, la fe y la esperanza en la humanidad y sobre la idiotez de algunos humanos de creerse superiores, entre otras cosas.

Lo curioso de esta cinta (y de su predecesora) es algo que sólo las personas que vimos en su momento la serie animada (adultos mayores entre los 30 y los 40 años) comprendemos: Las dos películas capturan de muy buena manera el espíritu de los personajes originales, esos que pasaban en nuestras televisiones durante los sábados en la mañana y que invadieron las jugueterías del planeta.

¿Quién a esa edad no soñaba con poseer a Optimus Prime o a Megatrón?, esos personajes son parte de nuestras vidas, de nuestra cultura, crecimos conociéndolos y seguramente les pasaremos a nuestros hijos estos gustos, porque forman parte de nuestras vidas.

Durante esos años de inocencia siempre esperamos la película de los Transformers que no llegó entonces, cuando por fin en 2007 este sueño se hizo realidad asistimos al cine con cierto escepticismo ante el inminente mal manejo del mundo de los Transformers, la sorpresa fue grata al ver una cinta entretenida y que le hacía justicia a estos personajes (al fin lo único que queríamos y lo obtuvimos) a pesar de ser una cinta con muchos defectos estos eran superados por sus logros, sobre todo el hecho de darle espectacularidad y seriedad a la serie.

La segunda parte tampoco decepciona, es divertida y entretiene, así que no hay que pedir mas, al fin y al cabo eso es lo que uno a veces busca cuando va al cine, dejar por un rato la realidad y sumergirse por un par de horas en un mundo de fantasías y aventuras y Transformers: La Venganza de los Caídos cumple cabalmente.