viernes, 20 de febrero de 2009

El Ché Parte 1: El Argentino (La Visión Revolucionaria De Steven Sodenbergh)

Hay algo en la figura de Ernesto “El Ché” Guevara que a mas de 40 años de su muerte sigue cautivando la imaginación de gente alrededor del mundo.
Tal ves fueran sus ideales, su forma de actuar ante lo que denominaba El Régimen o el simple hecho de ser el revolucionario por excelencia, el caso es que su vida ha cautivado durante generaciones, tanto que incluso sus detractores no pueden dejar de afirmar que, en efecto, El Ché fue, es y de segur seguirá siendo, un icono de la cultura popular cuyo paso por la historia fue crucial para entender muchos de los ideales que se siguen empleando actualmente por políticos, lideres sociales, estudiantes universitarios, jóvenes rebeldes y un largo etcétera.
Así el cine ha tratado este personaje de todas las maneras posibles, tanto su lado humano como su leyenda ha sido modelo de inspiración para cineastas y autores que a partir de su vida han realizado diversas aportaciones cinematográficas desde distintas ópticas en películas como Ché! (1968) de Richard Fleischer con Omar Sharif protagonizando al Argentino o la mas reciente Diarios De Motocicleta (2004) del brasileño Walter Salles y con el mexicano Gael García Bernal como un joven Ernesto Guevara.
De hecho en Ché: El Argentino el director norteamericano Steven Sodenbergh hace una disección muy oportuna sobre la figura humana de este personaje a partir de la exitosa cinta de Salles en el sentido estético e idealista, haciendo de esta una especie de continuación o secuela de la cinta del brasileño, y es la primera parte de una película de tintes épicos cuya duración original es de cuatro horas y media y que cuenta, de manera fragmentada pero en orden, la vida y obra del revolucionario, iniciando en 1955 año en el que conoce a Fidel Castro (un sorprendente Demián Bichir) en México. y terminando con su asesinato en Bolivia en 1967, hechos descritos en la segunda parte (el Ché: Guerrilla) entrelazando, al menos en la primera parte, dos actividades históricas de Ernesto, el discurso ante la ONU en 1964 y una entrevista realizada en Nueva York para la televisión norteamericana.
En El Argentino, Sodenbergh nos relata la incursión de la guerrilla cubana y los pormenores de Ernesto en la sierra maestra para lograr la liberación de la isla en manos de Fulgencio Batista, lucha con la cual el Ché no se sentía al principio identificado, dudando de la finalidad de sus actos el Ché le confiesa esta condición a Fidel y este, en un acto de hermandad y condescendencia, le asegura que el hecho de seguir los ideales del libertad y paz entre los cubanos lo convierten, instantáneamente, en uno de ellos.
De esta manera el Argentino comienza su transformación en el revolucionario, dando pié al mito en que se convertiría y mezclando sus triunfos y decepciones ante la lucha armada, interna y física, así la historia de este personaje, interpretado con valentía y ferocidad por Benicio Del Toro (quien ganó el premio a mejor actor en Cannes por esta interpretación) se compenetra de tal manera con el espectador que realmente vemos al Ché en persona, ese que fuera humano y leyenda al mismo tiempo.
En el terreno puramente fílmico, la idea provocada por el realizador a través de sus técnicas narrativas y cinematográficas son pieza clave para comprender la grandiosidad de este filme, que en manos equivocadas hubiera sido otro mas de los productos hechos en Hollywood planos y vacíos, pero que Sodenbergh transforma en algo sumamente impresionante, sobre todo tratándose de un tema escabroso para el público norteamericano que nunca ha visto con buenos ojos la actitud desfachatada y provocadora del personaje real, al cual consideran sólo un producto de marketing en gorras, playeras, tazas y demás productos.
Sodenbergh sin embargo se arma de valor y nos entrega una cinta dirigida a quien quiera echar un vistazo a la vida de este hombre excepcional, y lo hace sin tapujos, de manera contundente y alejada por completo de los convencionalismos de la industria, pues punto de gran impacto resulta la decisión del director de rodar en el idioma original de los protagonistas, yendo en contra de las decisiones de los altos ejecutivos cuya política es: si no es en inglés, no se va a poder vender.
Esta forma de pensar fue el principal motivo para que el director luchara durante años por este proyecto, pues el riesgo para realizarlo era alto pero a todas luces, siguiendo los ideales del Ché, Sodenbergh no se amedrento y realizó un proyecto realmente personal en pos de dar a conocer la figura humana, dando cabida a múltiples interpretaciones, porque de seguro habrá quien piense que esta es una cinta política, otros la verán como una biografía y otros tantos como un homenaje, y lo curioso es que todos están en lo correcto.
El propio realizador ha admitido que a el no le interesaba glorificar más la figura del Ché, su única intención era mostrarlo realmente como era, el lado humano que casi siempre es olvidado en este tipo de figuras, por eso la cinta funciona de manera provocativa y no solo como un simple entretenimiento cinematográfico, aunque en si la película resulta muy entretenida, lo realmente importante es el mensaje que el realizador nos entrega y que, como ya mencionamos, da para muchas lecturas.
Arriesgada, entretenida, cruda y vigorizante, El Ché: El Argentino no es una biografía, sino la disección de una de las personalidades más influyentes y atractivas del siglo XX y es un acercamiento fidedigno tanto para quienes ya conozcan la vida de Ernesto Guevara como para quienes crean que sólo es una fotografía en una playera y no tengan ni idea de quien fue en realidad.
Esta cinta sólo tiene un pequeño defecto y es que termina de manera abrupta y nos deja con las ganas de ver ya la segunda parte (El Ché: Guerrilla) a sabiendas de que tendremos que esperar no sabemos hasta cuando pues aún no tenemos fecha de estreno en México.

Operación Valkiria

La segunda guerra mundial ha atraído durante más de medio siglo la imaginación de los autores literarios y cinematográficos del orbe para realizar obras, algunas de manera prodigiosa otras no tanto, que cuentan las aventuras y desventuras de las personas implicadas en los hechos históricos.
A veces ficticias, a veces reales y, en la mayoría de los casos, una mezcla de ambas, las películas de la 2ª guerra mundial siguen generando expectación en el público incluso en últimas fechas, cuando ha surgido una tendencia en mostrar al bando vencido, en otras palabras los Nazis, en un afán de, en apariencia, reivindicar a este pueblo con la historia.
El principal motor para enseñar este lado puede ser el hecho de querer mostrar su total perdón hacia el pueblo germano por las atrocidades cometidas durante este período y enseñarnos que, en este bando, hubo gente que fue capaz de hacer sacrificios y actos heroicos dignos de contarse.
Así desde La Lista De Schildren (Steven Spielberg,1993) hasta El Pianista (Roman Polanski, 2002) pasando por La Caída (Oliver Hirschbiegel, 2004) que contaba los últimos días de Adolfo Hitler de manera inmisericorde y sin maquillajes, nos han mostrado el lado “humano” de los considerados durante muchos tiempo, los villanos de la historia.
En Operación Valkiria, el director Brian Singer nos presenta la historia de Claus Von Stauffenberg un coronel Nazi recalcitrante que nunca estuvo de acuerdo con los ideales del partido que llevó a Alemania a pelear contra el mundo, hecho que incluso lo puso al frente mas difícil de esta guerra, el norte de África, cuando este hombre de honor se entera del genocidio perpetrado por sus congéneres en Europa estalla en cólera, pero antes de hacer nada un ataque le cambiará la vida.
Luego de sufrir heridas de consideración y de perder un ojo, una mano y parte de la otra, resurge para formar parte de uno de los planes mas descabellados y a la vez valientes que ningún alemán de esa época hizo jamás, la destitución vía derrocamiento de los cabecillas del partido Nazi, con el asesinato de Hitler en la cabeza de esta lista.
Las cosas parecen ir hacia el lugar indicado pero, como la historia nos recuerda, no salieron nada bien. Contada a través de imágenes impresionantes la película evoca, indiscutiblemente, clásicos cinematográficos del ayer y cintas contemporáneas que tratan el tema, superficial o profundamente, pero no deja de haber una cierta inquietud de que lo que vemos es completamente artificial.
Y es que en Operación Valkiria el director no puede, o tal vez no quiere, dar uniformidad a una historia interesante que con un poco de empeño hubiera resultado mas profunda y no tan redundante como se ve en pantalla, pues no se explica bien a bien las razones que tuvieron estas personas para llevar a cabo el sacrificio que realizaron, es como si simplemente estuvieran en desacuerdo o enojadas, algo mas cercano a una rabieta infantil que a un ideal al cual seguir, y eso le quita fuerza a esta cinta que termina siendo sólo un ejercicio de entretenimiento que, eso si, está muy bien realizado y mantiene al espectador literalmente el borde del asiento.
El otro problema de la cinta es su propia estrella, Tom Cruise, quien al parecer la baja en sus últimos trabajaos tanto en taquilla como en crítica has repercutido en su trabajo, y es que la estrella de películas como Jerry McGuire (Cameron Crowe, 1996) o Misión Imposible (Brian De Palma, 1996) no ha tenido un éxito de taquilla desde el 2005 con La Guerra De Los Mundos (Steven Spielberg) agregando a esto las interminables rabietas públicas que ha tenido y que, al parecer, ya cansaron incluso a sus fans mas acérrimos.
En Operación Valkiria Cruise tenía un doble reto, dar vida a un personaje enigmático y poco conocido en occidente con soltura y gallardía y sostener por si solo una película que, de otra manera, hubiera sido incluso de poco atractivo para el público ordinario y, por desgracia, no logra ni uno solo de los dos cometidos.
Cruise no logra darle uniformidad al personaje y, por consiguiente, solo lo acartona y lo vuelve gris, cosa que es una desgracia pues una de las razones mas importantes de ver esta cinta es, precisamente, la humanización de los personajes y sus motivaciones.
Tal ves el problema viene de raíz, cuando sus guionistas, a modo de no tener nada mejor que hacer para atraer a una audiencia acostumbrada a explosiones y escenas de alto riesgo, llenan la pantalla precisamente de eso en un afán por cautivar a los jóvenes ávidos de videojuegos y películas trepidantes que resultan aún mas dolorosas cuando uno está conciente de que, detrás de la cámara, está uno de los directores, en mi muy particular punto de vista, más originales e interesantes de las últimas décadas.
Brian Singer nos cautivó en los 90’s con sus Sospechosos Inusuales y luego se dio a la tarea de “humanizar” a los superhéroes con las espectaculares X Men 1 y 2, así como elaborar el gran retorno de Superman en el 2005, ahora el director parece haber perdido el rumbo realizando una película artificiosa que no logra despegar del todo.
No todo en Operación Valkiria está mal, pero la historia daba para hacer una película mas interesante, con un acercamiento mas profundo de las motivaciones de sus protagonistas reales, algo mas maduro y adulto que no dejara de ser entretenido y arriesgado, todo esto nos es cambiando por una cinta realizada con lo último en tecnología, tan bien hecha que uno se cree estar viendo un pedazo de historia, pero que no evoca otra cosa que sólo el haber presenciado un espectáculo audiovisual de primera, pero sin sustancia.

El Curioso Caso De Benjamin Button

“Mi nombre es Benjamín... Benjamín Button y nací en circunstancias inusuales…” así comienza a narrarnos su historia uno de los personajes más extraños y a la ves extraordinarios que alguna vez se hayan visto en pantalla y que, por ende, resultan por demás atractivo.
Nacido de la pluma de F. Scott Fitzgerald, uno de los autores norteamericanos más reconocido, El Curioso Caso De Benjamín Button cuenta la historia de un hombre que, no se sabe exactamente por que motivo, vive la vida al revés, es decir, de la vejez a la niñez, viendo la vida de manera distinta al resto de los mortales.
Prácticamente desde que este cuento fue publicado, allá por el lejano 1921, ha sido motivo de la curiosidad de diversos realizadores cinematográficos para llevarla a la pantalla, pero la complejidad del proyecto para mostrar de manera verosímil el proceso de rejuvenecimiento del personaje y envejecimiento de quienes lo rodean siempre fue motivo de desánimos para su realización.
El momento mas cercano en el que este proyecto estuvo a punto de ver la luz fue a mediados de los 80’s, cuando el reconocido cineasta Steven Spielberg se interesó en el proyecto, incluso hubo trabajo de post producción, pero enfrentarse al reto con los pocos recursos técnicos de la época lo convirtieron en otra salida en falso.
Fue hasta el 2004 que se decidió poner todo el empeño para que Benjamín Button fuera una realidad, así los productores Kathleen Kennedy y Frank Marshall convencieron al director David Fincher (realizador de películas como Se7en, El Club De La Pelea o Zodiaco) y unió esfuerzos con el guionista Eric Roth (adaptador de cintas como Forrest Gump o Munich) y Brad Pitt, actor por demás reconocido, quien fue uno de los motores más importantes del proyecto, pues el reto era interpretar este personaje de manera perfecta para que la audiencia se sintiera comprometida con la historia, ¡y lo sorprendente es que lo logra!.
La película arranca a finales de agosto del 2005 en el cuarto de un hospital de Nueva Orleáns donde una mujer espera pacientemente a que su madre muera, en torno a ellas el alboroto es mayor por la eminente llegada del huracán Katrina a la ciudad, la hija comienza a leer, a petición de su madre moribunda, un diario que cuenta la vida de Benjamín Button.
Benjamín llega al mundo, según el mismo relata, la noche del 11 de noviembre de 1918, el mismo día en que terminó la primera guerra mundial, para inmediatamente después de nacer perder a su madre y ser abandonado a las puertas de un asilo de ancianos por su padre tras horrorizarse del pequeño “monstruo” que su esposa dio a luz.
Así inicia el viaje existencial, emocional, físico y espiritual de este singular personaje que es testigo de acontecimientos de enorme belleza y naturaleza feroz a los que somos testigos los humanos todos los días, la diferencia es que Benjamín vive el tiempo hacia atrás y eso le confiere un campo de visión, por decirlo de alguna manera, más amplio.
En su viaje por la vida lo acompañarán varios personajes que forjarán su carácter a través de los años, en primer lugar su madre adoptiva Queenie (una sorprendente
Taraji P. Henson) una inglesa casada (Tilda Switon) con la que mantiene una relación física en Rusia, el capitán de un barco remolcador, su propio padre y el amor de su vida: Daisy (Cate Blanchett) todos ellos testigos del paso de Benjamín por el mundo.
Así El Curioso Caso De Benjamín Button es una interesante fábula moderna acerca de la fragilidad de la vida humana, de lo que ganamos y lo que perdemos a nuestro paso por esta tierra, es acerca del amor, la vida, el desamor y la muerte, es sobre la madurez y sobre la inocencia, sobre lo natural y lo sorprendente.
Sin embargo, yéndonos hacia el terreno meramente cinematográfico, la cinta no es otra cosa que un verdadero milagro técnico y artístico, y es que esta película pertenecía a la lista de los extraños casos de las obras literarias aparentemente irrealizables para el cine, por la complejidad de su trama y la logística requerida para su buen funcionamiento, en fin, todo un trabajo incansable por un increíble equipo técnico y artístico para hacer de ella un logro cinematográfico.
Aunque a momentos nos recuerde películas como Forres Gump (1994) y tiene ciertos elementos un tato sombríos en la trama, la cinta tiene vida propia, gracias sobre todo por la genial interpretación de Brad Pitt quien, sin tener nada que demostrar, logra una de sus mejores actuaciones dando vida a este hombre que nace de 85 años y muere de 6 meses.
Gran parte de este “milagro” se debe a una combinación de efectos digitales y la pericia de sus realizadores, los cuales realmente nos hacen ver a un Brad Pitt de 80 años así como uno de 7, sumergiéndonos de manera magistral en la historia.
Además la cinta tiene el plus de, a pesar de su duración (2 horas 45 minutos) ser entretenida y mantiene la atención con sus detalles argumentales y técnicos, de tal forma que tanto el espectado medio como los conocedores disfrutarán de este gran espectáculo
.

Jin Carrey Dice Si...

Decía mi abuelito que todos los excesos son malos, todos sin excepción, cuando hacemos algo indiscriminadamente se nos pasará, tarde o temprano, la factura, esa es la premisa de ¡SI Señor! (que a partir de aquí solo llamaremos SI), la nueva cinta de Jim Carrey que viene acompañada con un plus… Carrey al 100%.
Si amigos y amigas, este actor amado por muchos odiado por otros tantos está de regreso, luego de extraños experimentos como El Número 23 (2007) o Las Locuras De Dick & Jane (2005) haciendo lo mejor que sabe hacer… ¡payasadas!, mismas que pese estar un tanto trilladas siguen cumpliendo con su cometido, hacernos reír.
Con una premisa tan sencilla como la de un hombre que no puede comprometerse de ninguna manera con nadie y un buen día se encuentra con que no puede decir que no a nada, la película resulta muy simple, sin pretensiones y muy divertida, como debe ser una comedia.
Y es que no es para menos que Carrey sea considerado uno de los mejores cómicos de los últimos años, a pesar de haber demostrado de lo que como actor serio puede hacer nunca se ha alejado completamente de la comedia, aunque desde Todopoderoso en el 2003 no hacía una comedia hecha y derecha.
En estas fechas en la que los actores cómicos tienen que demostrar que pueden con papeles serios, y viceversa, Carrey le ha dado la vuelta al concepto haciendo que el actor no pierda en ningún momento precisamente el concepto de ser actor, cómico o seri son solo limitantes.
Así este actor natural de Canadá se lanzó a hacer papeles en apariencia superiores a sus capacidades que le dieron su justo lugar como actor, El Show De Truman (1998) su primer papel serio, así como la biografía de Andy Kaufma, Man On The Moon (1999) le valieron el reconocimientos a nivel de los grandes del espectáculo, confirmando que antes que nada, Carrey es un gran actor.
No obstante estos acercamientos al cine serio (algunos mas afortunados que otros) no le han impedido a Carrey seguir desplegando su talento como actor cómico, conjuntado, como pocos, ambas rutas cinematográficas con éxito.
Suena un tanto pretencioso, pero el gran mérito de Carrey es precisamente darle su lugar al actor cómico dentro de la élite de las superestrellas de Hollywood, y no solo nos referimos a lo monetario (aunque fue el primer actor en la historia en cobrar 20 millones de dólares por actuar en la película Cable Guy de Ben Stiller en 1996) sino al sentar precedente como el primer “payaso” en ser tomado en serio por la industria del entretenimiento.
En la película SI Carrey interpreta a Carl Allen, tipo inseguro que evita a toda costa el compromiso y que vive como un ermitaño en la seguridad de su departamento, sin deseos de socializar y en espera de terminar ese día para, simplemente, comenzar el siguiente, en otras palabras un ser deprimido del nuevo siglo.
El golpe de suerte llega cuando asiste a uno de los tan populares seminarios motivacionales en el cual se compromete a decir SI a todo con la advertencia que, de hacer lo contrario las cosas le saldrán cada vez peor, así este ser apocado y deprimido de pronto comienza a correr riesgos (como dar raite a vagabundos, entrar a cuanto curso se le tope, ir a conciertos de rock y un sinfín de locuras) con las cuales se dará cuenta de la importancia de vivir.
El mensaje es claro y sencillo y a través de una serie de situaciones absurdas pero muy divertidas nos damos cuenta del cambio sufrido por el personaje, de una tortuga metida en su caparazón a una liebre velocista, Carl se transforma ante nuestros ojos y nos invita a hacer lo propio, tomar la vida, colgárnosla al hombro y simplemente disfrutarla.
Claro, la vida no es una película, pero podemos tomar ejemplo de este tipo de cine entretenido y, redundando el título de la cinta, positivo, en el que nada es imposible y si, los actos traen consecuencias, pero al fin y al cabo de eso se trata, no en esperar a estar en el lugar en el que suceden las cosas sino hacer que sucedan alrededor nuestro.
Jim Carrey como Carl Allen es perfecto, tomando partido de sus dotes de comedia física a la que nos tiene acostumbrado con sus participaciones en cintas como Mentiroso, Mentiroso (1997), Irene, Yo Y Mi Otro Yo (2000) e incluso Todopoderoso (2003), pero agregando un rasgo mas humano, haciendo una reinterpretación de su comedia para demostrarnos por que es el mejor.
No es una película perfecta, si, tiene defectos (bastantes, así que no los enumeraremos) pero que cumple lo que promete, entretener y hacer reír de manera inteligente durante un rato, NO es una película para toda la familia pues tiene algunos chistes un poco subidos de tono, pero con ella podrás disfrutar de una hora y media del mejor humor norteamericano que existe y no esas tonterías de los hermanos Wyans como las Scarys Movies y Esta No Otra Tonta Película… que francamente ya cansan.
El único problema de la película es el doblaje pues tendrán que aguantar la voz de Eugenio Derbez en la cara de Jim Carrey, eso posiblemente le quitará las ganas a mas de uno de ir a verla, ni modo ahí si nos tocó perder.

jueves, 19 de febrero de 2009

El Gran Houndini: Magia Y Amor En Pantalla

Harry Houndini es una da las figuras mas emblemáticas del espectáculo de la historia, escapista, mago, percepcionista extrasensorial, en fin, todo un showman y personaje excéntrico envuelto siempre en un aura de misterio, Houndini supo entretener a un público que, aprovechándose de su inocencia, eran asombrados cada vez que pisaba la escena.
Por eso no es de extrañar que a la fecha se hayan filmado un sinnúmero de películas alrededor de esta persona, una de las últimas es la producción anglo-australiana El Gran Houndini (Death Defying Acts, algo así como Actos Que Desafían A La Muerte) estrenada en México el mes de Octubre y como ya viene siendo costumbre puesta recientemente en la cartelera Navojoense, cosa que no comprendemos al igual que el retraso del estreno de cintas como El Curioso Caso De Benjamín Button entre otras, que llegan primero al estreno en DVD que al cine de la localidad, pero dejemos las quejas a un lado y hablemos del tema en cuestión.
El Gran Houndini viene de la tradición de cintas que utilizan una figura mítica y se centran más en la leyenda alrededor del personaje que en la realidad, tal es el caso de películas como Los Hermanos Grima (Terry Gillam, 2005) y que pueden o no funcionar.
En el caso de El Gran Houndini podemos decir que hay un empate entre lo bueno y lo malo, y eso a veces es negativo para una cinta, pues el pasar sin pena ni gloria no deja nada en su paso por las salas, tan solo una hora y media de ver una cinta entretenida, pero sin trascendencia, es la sensación que esta película deja.
Pudiendo hacer una cinta memorable con los recursos con que disponía la directora, Gillian Armstrong demuestra que aún le faltan tablas para enfrentar retos tan complejos como es el caso, y es que sin ser una mala película a El Gran Houndini le falta eso, grandeza, pues la figura de este mítico personaje es tan rica, compleja y oscura que la cosa pudo haber sido mejor.
Pero en lugar de retratar el lado misterioso y enigmático del personaje, Armstrong opta por tomar una vía más romántica y melodramática, restándole fuerza a los personajes, a la historia y tratando de reforzarla con un improbable romance entre Houndini (Guy Pearce) y la supuesta médium Mary McGarvie (Catherine Zeta-Jones) de la cual este se enamora irremediablemente. En medio de este amor están otros dos personajes que, curiosamente, resultan más atractivos que la pareja principal, la hija de Mary, Benjuí (Salirse Ronan) y el representante del mago, Mr. Sugarman (Timothy Spall) quienes crean una peculiar alianza para evitar el romance entre el escapista y la médium.
A veces lenta, El Gran Hundini trastoca temas interesantes sin penetrarlos de lleno, el amor, la muerte y los fenómenos paranormales son los principales, pero lo peor de la cinta es la poca química entre los actores, sobre todo entre Pearse y Zeta-Jones quienes se sienten acartonados y poco compenetrados en sus papeles, lo mismo pasa entre la actriz Galesa y la hija de ella en la película, relaciones que no llegan a despegar y que por desgracia no trastocan al espectador, uno simplemente no las cree y eso desmerita mucho una cinta que en otras circunstancias hubiera sido genial.
A esta mala elección de casting se le suma la ambigüedad del tema tratado y ciertas vueltas de tuerca, hacia el final de la cinta, que poco o casi nada pueden levantar una cinta que se desmorona ante nuestros ojos.
Pero viendo el lado positivo, El Gran Houndini es una interesante visión al mundo de principios de siglo, aquel en el que la inocencia del ser humano lo llevaban, en esa época, a admirar a personas que superaban con mucho la imaginación humana, con espectáculos en vivo y personalidades misteriosas que maravillaban a las personas, tal es el caso de Harry Houndini, una de las primeras Superestrellas de la historia.
Además la cinta retrata una de las ciudades más enigmáticas del orbe, la misteriosa y sombría Edimburgo, Escocia, llena de lugares oscuros y nebulosos, pasadizos y callejones que invitan a lo sobrenatural, estas calles fueron la inspiración para la creación de obras inmortales como Dr. Jeckyll Y Mr. Hyde, la ciudad fue recreada en Australia con gran precisión y eso se nota en la pantalla al igual que el cuidado diseño de producción en el cual se muestran, de manera muy detallada, ciertos aspectos decorativos de la época retratada, siendo el más interesante el de la catedral, donde ocurren las mejores escenas del filme.
En suma una película interesante que, no obstante, no se toma en serio por el hecho de ser evidentemente una cinta para entretener y contarnos una historia romántica con cierto aire sobrenatural que llena las expectativas pero no las sobrepasa, especial para verla acompañado(a) por tu pareja o amigo(a) especial.

Siete Almas

Siempre es difícil hablar de una película con tantas vueltas de tuerca sin develar demasiado de su trama, sobre todo si se trata de una cinta en la que precisamente su interés radica en que está construida a partir de piezas de rompecabezas que a lo largo de su metraje se van uniendo para darnos un desenlace sorpresivo.
Así sucede con la última película del reconocido Will Smith, Siete Almas (Seven Pounds, algo así como Siete Libras en su traducción original) donde vuelve a hacer mancuerna con el que lo dirigiera en la exitosa En Busca De La Felicidad (2006) el italiano Gabriele Muccino.
En Siete Almas Smith interpreta a un recaudador de impuestos que busca a siete personas (no diremos para que, precisamente para no adelantar nada de la trama) que lo único que tienen en común es que necesitan ayuda (médica, financiera o espiritual) a lo largo de la trama se nos muestra algunas escenas que invocan la mirada elocuente de la muerte, el arrepentimiento y el perdón, pero todo está tan enredado que difícilmente el espectador entiende lo que está pasando.
A diferencia de sus últimos trabajos, en esta cinta el peso interpretativo no cae solo en su protagonista, Smith actor talentoso y que ya ha demostrado suficientes tablas en el género dramático, esta vez es apoyado por una serie de actores que desfilan en la pantalla, y que encuentra su mejor soporte en Rosario Dawson, quien interpreta una frágil mujer aquejada por un mal cardiaco.
Drama inflexible, lleno de momentos que remueven las entrañas y que hace sacar una lágrima perdida en la oscuridad de la sala a los mas sensibles, esta se inscribe dentro de las cintas en las cuales los silencios a veces dicen mas que las palabras, por lo que para los acostumbrados a los balazos, choques y peleas puede resultar un tanto lenta y aburrida, mientras que para los sentimentales y sobre todo para los admiradores de Will Smith la cinta será de un agasajo total.
Aquí una lección de cine, que una película tenga a los mejores actores, los mejores efectos o los mejores lo que sea no la hacen una buena película, al fin de cuentas lo importante es lo que se cuenta, la historia, y Siete Almas cuenta con todos los elementos narrativos para convertirse en todo un suceso, el problema radica precisamente en lo enredoso de su trama, la cual puede llegar a sacar de onda, como se dice, al mas avispado, lo que le resta valor, pues al fin de cuentas la sensación que queda es la de haber sido engañados.
Lo excesivo de su duración, dos horas, es otro factor por lo que la cinta no funciona a cien por ciento, parecería que el director se enamoró tanto de lo que había filmado que no pudo deshacerse de algunas tomas excesivamente largas y que entorpecen en gran medida la trama, Siete Almas pudo haber sido una ágil película de 90 minutos.
Otro punto en contra es la poca veracidad de ciertas cuestiones retratadas en el filme, que al fin de cuentas sirven para que esta misma avance, pero que al verlas en pantalla resultan excesivas, cuando lo curioso de la cinta es el observar la condición humana en su máxima expresión, así como el deseo, el amor, el pecado, la culpa y todo lo que se refiere al alma, estos elementos sacan de balance un guión que pudo haber sido perfecto en papel pero falla al ser trasladado a la pantalla, sobre todo cuando su compañía distribuidora nos las pretende vender como una historia con cierto aire sobrenatural, cuando está muy lejos de ser así, es mas, el tema es tan terrenal que el dolor de los personajes se nos transmite irremediablemente.
Sin embargo, el gran problema de Siete Almas es que tiene ese aire de ¿dónde he visto eso antes? es decir, la poca o mucha originalidad que podría tener se diluye en una trama predecible que conforme avanza se enreda con ella misma creando confusión, aunque al final todo se resuelve, y no de la mejor manera, a mas de uno puede cansarle, al grado de no toma en serio una historia que se toma demasiado en serio y que pese a sus esfuerzos no sale del mismo laberinto narrativo en el que cae.
Por momentos el mensaje que los realizadores nos envían a través de la historia resulta, en mi muy particular forma de verlo, demasiado pretencioso, eso de la vida y la muerte, culpa y redención lo hemos visto tantas veces y de tantas maneras que ya parece trillada.
Pero en Siete Almas no todo es malo, para los que solo buscan un rato de esparcimiento la cinta resultará interesante y hasta entretenida, los admiradores de Will Smith desde luego la disfrutarán, pues si algo sobresale de esta cinta es precisamente la actuación de uno de los actores más importantes de la actualidad, Smith ha demostrado a base de trabajo por que está donde está y que todas y cada una de sus películas valen por el esfuerzo que esta verdadera súper estrella pone en cada actuación que realiza.
Por otro lado la cinta es un análisis de la fragilidad humana y lo que nos convierte en parte de este universo, las situaciones que los personajes viven, sobre todo el de Smith, son un reflejo de la condición que nos convierte en entes que sienten, viven y mueren por otros, por eso vale la pena verla, con el entendido que en esta ocasión Will Smith no salva al mundo de extraterrestres, robots o zombis.

Be Kind Rewind (Originalmente Pirata)

El cine es un instrumento muy eficaz para transmitir ideas artísticas y es una de las finalidades más importantes del mismo, no en vano se le conoce como el séptimo arte, y aunque hoy en día esta idea se ha desvirtuado un poco en pos de una forma de ganar mucho dinero, sobre todo en el starsystem Hollywoodense, el caso es que aún existen cineastas que usan el cine como herramienta artística.
En Originalmente Pirata (traducción que desvirtúa por completo el título original del filme Be Kina Rewind, algo así como “favor de rebobinar” haciendo alusión a las películas en formato VHS) dos amigos se las ven negras cuando uno de ellos accidentalmente borra todas las cintas del videoclub del barrio, perteneciente al padre adoptivo del otro.
Con la premura de nos ser descubiertos por la mejor amiga del dueño se les ocurre la “original” idea de rehacer, a su modo y presupuesto, con cámara de video en mano la cinta en cuestión, en este caso Los Cazafantasmas (Ivan Reitman,1984), lo que estos dos amigos no esperan es que su idea se convertirá en todo un acontecimiento en su comunidad.
Con esta premisa sencilla la cinta aborda un tema que a últimas fechas parece ser lo que está generando grandes ventas a nivel mundial: la nostalgia, y es que es precisamente sobre eso que Originalmente Pirata trata y no sobre, lo que podría parecer, una cinta sobre películas.
Y ese es precisamente el gran problema de esta cinta, el hecho de que en su campaña publicitaria se nos haya vendido como una comedia disparatada protagonizada por Jack Black, cuando en realidad no lo es, si bien tiene momentos graciosos y Black hace lo mejor que sabe hacer (personajes locos e irreverentes) al fin de cuentas la comedia se diluye para dar paso al drama emotivo.
Esto hace que la película pierda interés para las personas mas acostumbradas a películas como las Scary Movies o Esta No Otra Tonta Película… en las cuales las farsas, humor escatológico y demás sandeces convierten al cine en un espectáculo que solo busca el escapismo fácil, Originalmente Pirata no cae en ese juego pues busca con su propia dirección una idea que sea de importancia para el espectador, curiosamente lo logra y, por otro lado, no.
Vayamos por partes, la cinta funciona, entre otras cosas, por su alto contenido estético y argumental que, sin ser completamente original y yendo mas allá de su anécdota inicial, es un buen comienzo para generar ideas conceptuales y artísticas por encima de las comedias insulsas antes mencionadas, dándole un aire de cine de autor que pretende todo, menos hacer reír.
Otro elemento que funciona a la perfección en esta cinta es su elenco, mientras que otras cintas utilizan de manera indiscriminada la personalidad desquiciada de Jack Black aquí es tan solo un personaje que sirve para identificar al espectador con el tipo común y corriente que de repente es el héroe del barrio, mientras que Mos Def es la imagen del hombre inseguro que lo único que desea es no fallarle a sus conocidos.
Ambos son el opuesto de la moneda, por eso los conflictos que surgen entre ellos son de índole intimista, como un par de hermanos peleoneros que no hacen más que molestarse uno al otro, ahí también el espectador se puede identificar con la historia, creando un vínculo con el conflicto de los personajes.
Por otro lado, la cinta también tiene defectos, siendo el mas evidente de carácter argumental, pues mientras la cinta avanza el espectador mas interesado en la anécdota que en los personajes puede perder el interés en la historia y aburrirse con la misma, dando por consiguiente que la historia simplemente no avanza.
Y ese es otro gran problema de Originalmente Pirata, al no ser una comedia en todo el sentido de la palabra y tener mas pretensiones artísticas que de entretenimiento, el ritmo de la misma tiende a ser mas lento y a enfocarse en, como dijimos antes, los personajes y su diseño que en lo absurdo de su argumento, mismo que en manos de un director menos comprometido seguramente hubiera terminado con una cinta de humor fácil y predecible en vez de tomar los derroteros artísticos que toma.
Y, curiosamente, ahí es donde el director de la cinta Michael Gondry pierde la brújula de una cinta que podría haber sido menos pretenciosa en mandar su mensaje, que por desgracia se toma demasiado en serio, hubiera sido mejor darle mejor tratamiento al final, evitando que fuera tan abierto, dejando al espectador con ciertas dudas que por desgracia dejan un sabor de no haber visto todo el potencial de la historia.
Tal vez si Godnry aceptara sus propias limitaciones hubiese hecho de Originalmente Pirata una película menos personal y más apropiada para su historia llevándola a terrenos mas divertidos sin dejar de ser una película de autor, el resultado es que le falta mucho para ser una cinta perfecta, aunque tampoco llega a ser una película, ni cercana, a lo malo.