Siempre es difícil hablar de una película con tantas vueltas de tuerca sin develar demasiado de su trama, sobre todo si se trata de una cinta en la que precisamente su interés radica en que está construida a partir de piezas de rompecabezas que a lo largo de su metraje se van uniendo para darnos un desenlace sorpresivo.
Así sucede con la última película del reconocido Will Smith, Siete Almas (Seven Pounds, algo así como Siete Libras en su traducción original) donde vuelve a hacer mancuerna con el que lo dirigiera en la exitosa En Busca De La Felicidad (2006) el italiano Gabriele Muccino.
En Siete Almas Smith interpreta a un recaudador de impuestos que busca a siete personas (no diremos para que, precisamente para no adelantar nada de la trama) que lo único que tienen en común es que necesitan ayuda (médica, financiera o espiritual) a lo largo de la trama se nos muestra algunas escenas que invocan la mirada elocuente de la muerte, el arrepentimiento y el perdón, pero todo está tan enredado que difícilmente el espectador entiende lo que está pasando.
A diferencia de sus últimos trabajos, en esta cinta el peso interpretativo no cae solo en su protagonista, Smith actor talentoso y que ya ha demostrado suficientes tablas en el género dramático, esta vez es apoyado por una serie de actores que desfilan en la pantalla, y que encuentra su mejor soporte en Rosario Dawson, quien interpreta una frágil mujer aquejada por un mal cardiaco.
Drama inflexible, lleno de momentos que remueven las entrañas y que hace sacar una lágrima perdida en la oscuridad de la sala a los mas sensibles, esta se inscribe dentro de las cintas en las cuales los silencios a veces dicen mas que las palabras, por lo que para los acostumbrados a los balazos, choques y peleas puede resultar un tanto lenta y aburrida, mientras que para los sentimentales y sobre todo para los admiradores de Will Smith la cinta será de un agasajo total.
Aquí una lección de cine, que una película tenga a los mejores actores, los mejores efectos o los mejores lo que sea no la hacen una buena película, al fin de cuentas lo importante es lo que se cuenta, la historia, y Siete Almas cuenta con todos los elementos narrativos para convertirse en todo un suceso, el problema radica precisamente en lo enredoso de su trama, la cual puede llegar a sacar de onda, como se dice, al mas avispado, lo que le resta valor, pues al fin de cuentas la sensación que queda es la de haber sido engañados.
Lo excesivo de su duración, dos horas, es otro factor por lo que la cinta no funciona a cien por ciento, parecería que el director se enamoró tanto de lo que había filmado que no pudo deshacerse de algunas tomas excesivamente largas y que entorpecen en gran medida la trama, Siete Almas pudo haber sido una ágil película de 90 minutos.
Otro punto en contra es la poca veracidad de ciertas cuestiones retratadas en el filme, que al fin de cuentas sirven para que esta misma avance, pero que al verlas en pantalla resultan excesivas, cuando lo curioso de la cinta es el observar la condición humana en su máxima expresión, así como el deseo, el amor, el pecado, la culpa y todo lo que se refiere al alma, estos elementos sacan de balance un guión que pudo haber sido perfecto en papel pero falla al ser trasladado a la pantalla, sobre todo cuando su compañía distribuidora nos las pretende vender como una historia con cierto aire sobrenatural, cuando está muy lejos de ser así, es mas, el tema es tan terrenal que el dolor de los personajes se nos transmite irremediablemente.
Sin embargo, el gran problema de Siete Almas es que tiene ese aire de ¿dónde he visto eso antes? es decir, la poca o mucha originalidad que podría tener se diluye en una trama predecible que conforme avanza se enreda con ella misma creando confusión, aunque al final todo se resuelve, y no de la mejor manera, a mas de uno puede cansarle, al grado de no toma en serio una historia que se toma demasiado en serio y que pese a sus esfuerzos no sale del mismo laberinto narrativo en el que cae.
Por momentos el mensaje que los realizadores nos envían a través de la historia resulta, en mi muy particular forma de verlo, demasiado pretencioso, eso de la vida y la muerte, culpa y redención lo hemos visto tantas veces y de tantas maneras que ya parece trillada.
Pero en Siete Almas no todo es malo, para los que solo buscan un rato de esparcimiento la cinta resultará interesante y hasta entretenida, los admiradores de Will Smith desde luego la disfrutarán, pues si algo sobresale de esta cinta es precisamente la actuación de uno de los actores más importantes de la actualidad, Smith ha demostrado a base de trabajo por que está donde está y que todas y cada una de sus películas valen por el esfuerzo que esta verdadera súper estrella pone en cada actuación que realiza.
Por otro lado la cinta es un análisis de la fragilidad humana y lo que nos convierte en parte de este universo, las situaciones que los personajes viven, sobre todo el de Smith, son un reflejo de la condición que nos convierte en entes que sienten, viven y mueren por otros, por eso vale la pena verla, con el entendido que en esta ocasión Will Smith no salva al mundo de extraterrestres, robots o zombis.
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