El 29 de Julio del 2008 se cumplen 25 años del fallecimiento de una de las figuras más emblemáticas de la historia del cine, nos referimos a Luis Buñuel
Mucho se ha escrito, analizado y dicho sobre el genio de Aragón, por lo que aquí solamente realizaremos una pequeña reseña a manera de homenaje de este importante figurón.
Nacido un 22 de febrero de 1900 en la pequeña población de Calada, provincia de Teruel en España, Buñuel fue educado desde pequeño en un colegio de Jesuitas, hecho que lo marcaría y le generaría un profundo sentimiento crítico hacia la iglesia.
A los 17 años se traslada a Madrid llegando a residir en la Residencia de Estudiantes de la capital española, ahí conoce al pintor Salvador Dalí así como a otros prometedores artistas de principio de siglo XX que en cierto sentido influenciaron el devenir artístico de Buñuel.
No obstante fue precisamente con Dalí con quien entablaría una amistad que los llevaría a realizar, en Francia, el corto “Un Perro Andaluz” en 1928, cinta que en sus 17 minutos de duración explora de manera ingeniosa y asombrosa las capacidades narrativas del surrealismo.
Con igual fortuna, pero logrando incluso más controversia y rechazo de grupos morales y religiosos, en 1930 dirige “La Edad De Oro”, cinta polémica y provocadora en la que criticaba de manera mordaz a la iglesia y la clase media con una adaptación de “Los 120 Días De Sodoma” del Marqués de Sade, autor del cual Buñuel sentía una especial devoción.
Tras el estallido de la guerra civil, Buñuel se autoexilia en Estados Unidos y tras un breve período en este país se viene a residir definitivamente a México en donde comienza su carrera cinematográfica de manera mas seria realizando en este país el grueso de su obra.
Luego de incursionar el la industria cinematográfica nacional con obras menores que no se diferenciaban de las mediocres producciones nacionales de la época, en 1950 y con todo en contra filma en 22 días “Los Olvidados” pieza clave en la cual Buñuel retrata de manera cruda y sin concesiones la juventud marginal de una ciudad espejo del mundo.
Luego del éxito de crítica, que no tanto de público, el Aragonés dirigió cintas de diversa calidad en nuestro país, entre las que sobresalen el melodrama psicológico “El”, “Nazario” basada en la novela de Benito Pérez Galdós y la emblemática “Ensayo De Un Crimen”.
En 1961 y tras una disputa con su productora en México, Buñuel decide ir a España a filmar, bajo el auspicio del productor Mexicano Gustavo Alatriste quien solo le pide le dé el protagónico a su esposa, la actriz Silvia Pinal, así Buñuel filma “Viridiana”, una obra maestra que se convirtió en un trabajo controversial en su país y que se salvó de ser destruida gracias a la pericia de Alatriste.
Considerada una de las obras cumbres, no sólo de Buñuel, sino de la cinematografía universal, “Viridiana” se estrenó hasta 1977 en España y es hoy en día fiel reflejo de la maestría de Buñuel de retratar satírica y dramáticamente los diferentes estrato sociales que existen.
Luego de “Viridiana” y durante las siguientes dos décadas Buñuel trabajaría de manera alternada entre México y Francia, de esta época son cintas como la maravillosa (y claustrofóbica) “El Ángel Exterminador”, la brillante “Diario De Una Camarera” la ácida y disparatada “Simón Del Desierto” y la delirante “Bella De Día” con su otra musa Catherine Deneuve.
En la última parte de su carrera Buñuel seguiría realizando obras insuperables, sin alejarse nunca se su particular estilo como “La Vía Láctea”, “Tristana” con la que volvería a trabajar en España, “El Discreto Encanto De La Burguesía” que le valdría el premio de la academia de ciencias y artes cinematográficas de Hollywood en la categoría de película de habla no inglesa, “El Fantasma De La Libertad” y “Ese Oscuro Objeto Del Deseo” su último y delirante trabajo.
De carácter fuerte y férreas convicciones ateístas, iniciador de mas que un simple movimiento generacional como el Surrealismo, Buñuel dio al mundo su forma particular de ver la vida a través de una cámara de cine en el que transitan personajes llenos de frustraciones y deseos que cumplen el sueño voyerista del realizador Aragonés.
Con todo, Luis Buñuel es uno de los genios cinematográficos de la historia, creativo y original que sigue siendo un autor enigmático que durante más de seis décadas estableció y rompió normas cinematográficas y narrativas a su antojo, echo que lo estableció como uno de los “Dioses” del Olimpo Cinematográfico.
Su genio queda reflejado en una de sus frases: “El hambre no justifica la prostitución del arte”
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