Nacido en 1963 en Knoxville, Tennesse, Quentin Tarantino es, a sus 45 años de edad, uno de los cineastas más influyentes y visionarios de las últimas dos décadas, su estilo Tarantinesco, vaya la redundancia, es ya una institución en prácticamente todos los lugares en los que sus cintas han sido visionadas.
Tarantino no entró al mundo del cine por casualidad, según sus propias palabras su amor por el séptimo arte nación desde la infancia, cuando su madre lo metía al cine donde trabajaba y lo sentaba en una butaca, no importando el género o la clasificación de las cintas exhibidas.
En su adolescencia Quentin comenzó a trabajar en distinto empleos que no lo satisfacían mientras comenzaba a escribir distintos guiones cinematográficos que nunca se convirtieron en realidad, hasta que tuvo la oportunidad de que uno de esos guiones fuera leído por el actor Harvey Keithel quien consiguió a Tarantino el dinero suficiente para hacer Reservoir Dogs (1992), en esta cinta Tarantino comienza a mostrar destellos de su particular estilo, que hasta la fecha sigue intacto, mostrando cosas sin ningún tipo de tapujos, violencia tanto verbal como física que a mas de uno agarró desprevenidos.
Sus siguientes trabajos en cuanto a guiones cinematográficos vienen en dos cintas de un éxito absoluto: True Romance (1993) dirigida por Tony Scott y Natural Born Killers (Asesinos Por Naturaleza, 1994) realizada por el director del momento, Oliver Stone.
Estos dos logros permiten a Tarantino hacer el que sería considerado el filme definitorio de la década de los 90’s, Pulp Fiction (1994), utilizando elementos técnicos-narrativos, Quentin mezcla en esta películas piezas de la cultura pop con los de su propia visión, dando como resultados un filme clave en cuanto a utilizar el cine como una pieza de arte.
Madurando su estilo Tarantino llega al nuevo siglo con un nuevo concepto, mezcla de cine de artes marciales, spaghetti Western, cine serie B, Bolxtation y explotation (luego les explico los conceptos) y cuanta cosa se le ocurra y lo titula simplemente Kill Bill y lo único que hace con esto es elevar su estatus de genio.
Aunque tiene sus detractores, Tarantino ha sabido manejar su carrera sin perder de vista precisamente esa visión artística que hoy en día sigue causando admiración entre los que seguimos su obra, llena de referencias culturales y contraculturales de la cual surgen personajes y situaciones kitsch con suficiente fuerza para romper esquemas y herir susceptibilidades.
No obstante todo lo anterior, el propio director no se siente maestro o creador de mitos, simplemente un cineasta que, a diferencia de muchos otros dedicados al cine, si tiene conocimientos cinematográficos de gran valor, según se dice Tarantino es toda una enciclopedia viviente de cine, un cerebro cinematográfico comparable a la del otro maestro, Martin Scoresese.
La visión de ambos directores es equiparable en el sentido de su amor por el séptimo arte, además de otras cosas como la exposición a veces exagerada, según dicen los puristas, hacia la violencia y a cierto tratamiento de personajes.
Y es que hace poco fuimos testigos de otro logro de Tarantino, al visionar su última cinta hasta la fecha (pues Inglorious Bastard no saldrá hasta el año que viene) me refiero a Death Proof (Prueba De Muerte)
Death Proof es parte de la doble programación que Tarantino realizó con el Texano Robert Rodríguez en un concepto llamado Grindhouse, haciendo referencia a las dobles funciones cinematográficas en la época en la que los cines eran grandes almacenes con butacas y por lo general con películas de dudosa calidad y series B.
Mientras que en la función de Rodrigues, titulada Planet Terror el tema son las películas serie B de zombies, en Death Proofen Tarantino hace un interesante revisión de un subgénero perdido, el Chase Movie, es decir, películas de persecuciones, populares sobre todo en la década de los 70’s y principio de los 80’s, y cuyas historias a veces desmeritaban a favor de la acción desmedida, desnudos, violencia, etcétera, no obstante el tratamiento que da el director a este género es de tal estilo que regenera por completo el concepto.
La película está claramente dividida en dos partes, la primera es una historia sencilla y cuenta las vicisitudes de Stuntman Mike (Doble de riesgo Mike) un misterioso tipo con un gran auto que pronto muestra un lado perverso y psicópata con un grupo de jovencitas, la segunda parte nos enseña de forma literal esos dichos que rezan: “una probada de su propia medicina” y “encontrarse con la horma de su zapato”
Todo esto complementa lo que es el plato fuerte de la cinta, sus últimos 15 minutos donde seremos testigos de una de las persecuciones más divertidas y adrenalìnicas que hemos presenciado, entonces si, hay que abrocharse los cinturones porque sentiremos pura emoción, esa que se siente cuando uno ve una cinta donde todo puede suceder y el girl power es el mandamás, porque en las cintas de Tarantino las mujeres mandan, si no me creen pregúntele a Bill.
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