viernes, 12 de junio de 2009

Slumdog Millonaire

El cine es uno de los entretenimientos más importantes del planeta, eso nadie lo refuta, es un espectáculo que anualmente atrae a cientos de millones de personas alrededor del mundo a las salas cinematográficas para vivir experiencias adrenalínicas y emocionantes.

Pero lo más importante del cine, y al fin de cuentas para lo que fue creado, es el observar a través de imágenes y sonidos otros lugares que serían muy difíciles conocer en la vida real, curiosamente una de las cinematografías mas vastas del planeta no es la Hollywoodense, sino la Indú, en la India, concretamente en el famoso Blooywood ubicado en el corazón de Bombay, se realizan incontable número de películas al año.

Aunque no es parte de la cinematografía Indú, Quisiera Ser Millonario (título dado en México a Slumdog Millonaire y que, como es costumbre, en su traducción se pierde el significado, pues Slumdog Millonaire se puede traducir como el Perro Callejero Millonario) el director Danny Boyle (artífice de cintas como Trainspotting o Exterminio) nos invita a hacer un viaje al corazón de la India, uno de los países mas densamente poblados, bullicioso y de gran riqueza cultural del orbe.

En este gran país (y a gran nos referimos a lleno de gente y con una cultura ancestral que ha sobrevivido durante siglos) vive Jamal Malik, un joven de 18 años cuyo pasado puede ser considerado al menos turbulento, huérfano, arrebatado de su hogar y del amor de su vida, Jamal está a punto de ganar 20 millones de Rupias (poco menos de medio millón de dólares) en el concurso televisivo ¿Quieres Ser Millonario?

Jamal, quien en principio ni siquiera debería estar ahí, comienza a responder correctamente todas las preguntas que se le van haciendo y es que, como explica a las personas que tratan de sacarle a fuerzas la “verdad” acerca de su tan acertada “suerte”, cada pregunta que se le hace está curiosamente ligada a algún suceso bueno o malo de su pasado, en otras palabras: cosa del destino.

Esa es la premisa general de esta cinta que en manos de otro tipo de director posiblemente hubiese resultado ser solo una cintas mas acerca de la buena fortuna con final feliz incluido, pero Boyle no es un director cualquiera, este cineasta nacido en Manchester, Inglaterra comenzó su carrera dirigiendo series de televisión para encontrar el éxito vía Trainpotting en 1996, cinta que se volvió de culto casi al mismo tiempo que su estreno.

Slumdog Millonaire fue realizada completamente en la India, concretamente en los barrios bajos de la ciudad de Bombay, con 20 millones de habitantes esta ciudad ofrece uno de los espectáculos audiovisuales más impactantes que uno puede ver en cartelera hoy en día y sin necesidad de efectos especiales o digitales, la cinta es un viaje al interior de una cultura milenaria que a los ojos extranjeros podría parecer incluso extravagante, pero el gran mérito de Boyle como realizador es el transportar una historia de gran humanidad y a la vez sobre el poder de la suerte, el amor, la amistad, la tragedia y la hermandad, se trata de un viaje a la India, pero bien podrí tratarse de cualquier país tercermundista, México incluido.

El ojo crítico del director se mete hasta el fondo de esta forma de vida que algunos han tachado de exagerada y han acusado a la película de denigrante por el simple hecho de retratar la pobreza real de un país que siempre ha sido estereotipado, como si en realidad la pobreza no existiera ahí, cosa que, en nuestro particular punto de vista, sucede en todas partes, ¿Cuántos países aceptan que la pobreza es parte de su propia existencia?, negarlo es como esconder el polvo debajo de la alfombra y al ser expuesta, como en el caso de Slumdog Millonaire, puede ofender a algunas personas.

No obstante todo esto, Quisiera Ser Millonario es una cinta cuyo mensaje va más allá de la denuncia o la crítica, es una cinta acerca del destino y el papel que cada uno juega en la vida de los otros, es sobre la soledad, la felicidad, la inocencia y la pérdida de ella, es sobre lo que dejamos ir por amor y lo que ganamos por perder, es filosófica y a la vez tan veraz que es difícil describir, porque trata sobre temas universales que atañen de manera directa al ser humano, con todos sus defectos y virtudes, increíblemente no es moralina ni cursi, al contrario es directa y contiene escenas fuertes que remarcan su condición de no ser una cinta cualquiera, vuela sobre la media de las cintas que de alguna manera tocan el tema convirtiéndola en una cinta cuyo valor va mas allá del cinematográfico.

Boyle se rodeó de un equipo técnico multicultural para rodar esta cinta, le dio todos los papeles a gente desconocida fuera de la India y rodó en algunas de las calles mas peligrosas de Bombay, todo esto para contar esta historia en la que la vida misma se refleja en un programa de televisión de gran popularidad pero que, como todo lo que rodea al personaje, es corrupto y no acepta que un “Perro Callejero” gane el premio mayor, pero al final lo único que Jamal busca es amar y ser amado, como cualquier ser humano, eso nos refleja con este chico cuyo único pecado es ser pobre.

Cinematográficamente Slumdog Millonaire es un verdadero prodigio, para contar de manera complicada una historia mas bien sencilla el equipo detrás de este logro se perdió, literalmente, durante meses en una ciudad caótica y demoledora, gigante, sucia y asfixiante, llena de gente, llena de carros y vacas, pero también una ciudad viva, llena de colores, luz, movimiento, incluso olores que provocan en el espectador sensaciones encontradas, y eso es algo que pocas películas pueden lograr.

No es una película sencilla, contiene escenas que ponen la carne de gallina, cuenta una historia que podría considerarse un viaje al mismo purgatorio, pues todo lo que pasa el personaje tiene connotaciones de tragedia en cada fotograma, pero si le damos una oportunidad seguramente este “Perrito Callejero” nos dejará con un buen sabor de boca y la certeza de que lo último que muere es la esperanza.

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